Proceso de hominización

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miércoles, 12 de junio de 2013

Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: la expansión de la corona de Aragón en el Mediterráneo



   La expansión por el Mediterráneo emprendida por la Corona de Aragón tiene dos aspectos fundamentales: uno de carácter económico y otro de conquista territorial.

     La corona de Aragón inició su expansión mediterránea en 1229 con la conquista de Baleares.
     En 1282, Sicilia se alzó contra Carlos de Anjou, que junto con la isla y el sur de la península italiana, había construido el reino de las Dos Sicilias, con capital en Nápoles.

    Los sicilianos pidieron ayuda al rey Pedro III de Aragón "El grande" (1276-1285), cuya esposa tenía derechos al trono de la isla. Tras años de luchas, los monarcas aragoneses, con ayuda de la compañía de los "almogávares" (bandas terribles de soldados mercenarios), consiguieron incorporar a Sicilia a la Corona de Aragón en 1302.

    Para obtener el control de Cerdeña y Córcega, los reyes de Aragón se apoyaron en bandos de la nobleza y el pueblo, compitiendo con Francia y con las ciudades-repúblicas italianas, especialmente con Pisa y Génova.

     Las compañías de almogávares licenciados en 1302 tras el final de la guerra Siciliana, con Roger de Flor al frente, marcharon al imperio bizantino para combatir contra los turcos. Los rápidos y exitosos almogávares hicieron hacer desconfiar en las autoridades imperiales que, en 1305, asesinaron a Roger de Flor y diezmaron a sus mercenarios. Éstos, en represalia, saquearon las ciudades de Grecia y, con los refuerzos sicilianos, crearon los ducados de Atenas y Neopatria, donde se mantuvieron independientes hasta 1390.

   A comienzos del siglo XV, la presencia aragonesa en el mediterráneo occidental se debilitó. La alianza cada vez más explícita entre Francia y Génova, amenazaba los intereses de Aragón, sobre todo córcega y Cerdeña.

   Desde 1420, Alfonso V "El magnífico (1416-1458) trató de hacer frente a la situación. En los veinte años siguientes, tras asedios, combates y acuerdos, el monarca controló Cerdeña y renunció a Córcega y conquistó el reino de Nápoles (1443). Instalado en la ciudad, Alfonso V abandonó la política ibérica y como rey de Nápoles, se convirtió en árbitro de la situación italiana.

Los reinos cristianos en la Baja Edad Media: crisis demográfica, económica y política



     Los siglos XIV y XV estuvieron marcados por una profunda crisis demográfica, económica y política. En Castilla, la crisis tuvo su apogeo en el siglo XIV, mientras que Aragón y Cataluña fue en el siglo XV.

   Crisis demográfica: Las malas cosechas, se repitieron a lo largo de estos siglos. Las técnicas agrícolas no habían evolucionado lo suficiente para evitar los estragos causados por la mala climatología.
En estas circunstancias de desnutrición, la población era fácilmente atacada por las epidemias, la peste negra fue la más brutal, pero no la única. Aproximadamente la población descendió entre el 20-40 %.

  Crisis económica: La crisis demográfica golpeó duramente a una agricultura que no había evolucionado. Amplias zonas se despoblaron reduciéndose las tierras puestas en cultivo a la vez que, en muchas zonas, escaseaba la mano de obra campesina. El descenso de las rentas de los grandes propietarios fue la consecuencia de esta situación. Esta situación llevo a que en Castilla la ganadería trashumante ovina se impusiera como principal actividad económica.
La artesanía también tuvo un descenso en la demanda provocado por el descenso demográfico y el empobrecimiento de la población.

     El comercio fue la actividad menos afectada: el comercio castellano continuo creciendo, basado en la exportación de producto  textiles y la importación de productos manufacturados de lujo mientras que en el comercio catalán se basó de productos exportados de textiles y la importación de sedas y especias.

   Crisis social: la disminución de ingresos en la nobleza llevó a que los grupos sociales dominantes intensificaran la explotación del campesino, estableciendo nuevas  y más duros derechos sociales. La reacción campesina llevo a diversos levantamientos en el siglo XV como la guerra de Irmandiña (1457) en Galicia o los payeses de remensa en Cataluña. Este conflicto termino con la sentencia arbitral de Guadalupe (1486) adoptada por Fernando el Católico.

  Crisis política: El foco del conflicto principal de la pugna entre los monarcas y los grupos privilegiados, nobleza y clero por la hegemonía politica

Diversidad cultural en los reinos cristianos en la Edad Media: cristianos, musulmanes y judíos.


     Las tres culturas (cristianos, musulmanes y judíos) convivían y por eso son frecuentes todo tipo de intercambios: idiomas, filosofía, religión, arte... Hubo comunidades judías tanto en la España cristiana como en la musulmana, así como cristianos en tierras islámicas.

     Hasta el s. XI la España islámica fue culturalmente muy superior a los reinos cristianos.

    En la zona cristiana, la iglesia monopolizaba la cultura. Solo los clérigos eran los únicos que sabían leer y escribir y desde los monasterios e iglesias creaban una visión ideológica del mundo que les beneficiaba: la división feudal en estamentos. A partir del s. XI hubo un impulso al desarrollo cultural y desarrollo de las lenguas romances que se consolidaría en el s. XIII con la aparición de las universidades (Salamanca 1218) y de importantes obras literarias (Cantar del Mío Cid en 1208), pero sin duda, el hecho más impresionante fue el surgimiento de El Camino de Santiago, tras el descubrimiento de la tumba del apóstol y la construcción , dos siglos después de la catedral. El Camino de Santiago se convirtió en una ruta clave en la difusión cultural.

     Llegaron los modelos literarios, como los cantares de gesta y estilos artísticos como el románico y el gótico. La influencia cultural también tuvo la influencia de la cultura hispano-musulmana que llegó al resto de Europa.

     El puente cultural entre el mundo islámico y cristiandad fue la prestigiosa Escuela de Traductores de Toledo, que alcanzó su apogeo con Alfonso X "El Sabio". Allí colaboraron cristianos, musulmanes y judíos, que traducían el árabe al latín y luego directamente al castellano.

    La escuela fue muy importante en la difusión en la península de las obras científicas y literarias de griegos, musulmanes y orientales.