Romanización: Periodo histórico comprendido entre el desembarco en Emporio hasta el imperio de César Augusto, así como a los hechos históricos que conforman dicho periodo.
La conquista se inició en el siglo III a.C y concluyó tras un proceso largo y complejo en el siglo V a.C.
La conquista de la Península Ibérica se realizó en diversas etapas:
La primera consta desde el año 218 a.C hasta el 197 a.C (conquista del este y el sur peninsular). Los romanos querían impedir que el ejército cartaginés siguiese avanzando. Aníbal, jefe del ejército cartaginés, envió dos ejércitos para atacar a los romanos que desembarcaron en Emporio en el año 218 a.C.
Roma contraatacó invadieron a los cartagineses y la victoria romana puso fin a la presencia cartaginesa en Hispania.
La segunda consta desde el 197 a.C hasta el 133 a.C (centro y oeste peninsular). Se caracteriza por la gran resistencia que opusieron los pueblos indígenas como los lusitanos, en la que destacó Viriato, líder lusitano y la resistencia celtíbera en Numancia hasta su rendición en el año 133 a.C.
La tercera consta desde el 29 a.C hasta el 19 d.C (conquista norte y pirineos). La conquista finalizó en tiempos de Augusto, que fue el primer emperador romano con la dominación de las tribus de cántabros y astures
Al finalizar la conquista, Augusto lo dividió en tres partes: La Baética (Córdoba), Tarraconensis (Tárraco) y la Lusitana (Emerita Augusta), aunque más adelante se crearon nuevas provincias como Carthaginensis, la Gallaecia y la Balearica.
Roma introdujo diferentes novedades: El latín se impuso como lengua común y tenían una religión politeísta, aunque en el siglo I, el cristianismo se difundió por el imperio romano y por Hispania.
Fueron unos grandes y brillantes ingenieros y grandes constructores de obras públicas como:
- Acueductos (Segovia)
- Murallas (Lugo)
- Puentes (Mérida)
- Arcos (Tarragona)
- Templos (como el de Diana en Mérida)
- Anfiteatros (como el de Itálica en Sevilla)
- Teatros (Mérida)
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